domingo, 7 de septiembre de 2008

La rodilla y la tele

Por Mercedes Aquino
Pasé varias jornadas sin poder apoyar la pierna. El médico dijo, por tres días, sólo caminarás de la cama al baño, así que me fui con mi querida hermanita, quien me atendió y cuidó hasta que disminuyó la hinchazón y el dolor. El doctor me recetó unas pastillas muy intensas. Yo las llamo las píldoras azules, como en Matrix, cuando Morfeus le dice a Neo ¿Cuál prefieres, la roja que te hará ver la realidad o la azul te hará volver a lo que piensas es la realidad? Bueno, en esos días me tocó la azul. Así que con la mente embotada, acostada en el diván mullido de la sala fraternal, frente a un enorme televisor de pantalla última tecnología, yo, que prácticamente casi nunca veo la tele, me pasé tres días inmersa en TODOS los programas que me permitía la velocidad del control. Lo único bueno que vi fue un video de Radiohead en el cual aparece la pantalla dividida en dos. En una parte hay un niño rubio despertando en una linda recámara, bajando a desayunar a una luminosa cocina, con la mesa llena de comida y su mamá sonriente sirviéndole de comer. En el otro lado se ve un niño chino que se despierta después de haber dormido en el piso. Está vestido de gris, desayuna una especie de masa líquida en una escudilla y sale a un enorme taller, donde lo ponen a trabajar, a hacer zapatos. Mientras tanto, el otro va a la escuela, toma clases de música, hace lindos dibujos. Se ve la vida de ellos dos durante el día. Al caer la noche, el rubio vuelve a su confortable habitación y se quita los zapatos. Los deja caer al piso. En ese mismo momento, el chino termina de hacer unos zapatos exactamente iguales a los que el otro aventó al suelo. IMPACTANTE!!!
Me sorprendió encontrar un canal en donde ves cómo hacen operaciones de cirugía estética a las personas, como ponen chichis más grandes, chichis más pequeñas, mentones nuevos, dientes más delgados, piernas más largas. Muestran el antes y el después. Yo no veía los defectos que ellos aseguraban tener. ¿Es posible que la envoltura atraiga más felicidad? Otro programa donde ponen a la gente en una vitrina y luego la hacen lucir diez años más joven. Me costó creer eso. Aunque claro, ¿a quién no va a gustarle salir sin ningún esfuerzo de la sala operatoria (nada de deporte, dieta balanceada, aguantarse los vicios, etc.) con una cinturita y la cara lisita como nalga de bebé? ¿Y que decir de los programas de ENTRETENIMIENTO con el tema olimpiadas? No se quienes son los guionistas pero deben ser personas muy estudiadas en el arte de idiotizar a la gente. ¿Películas? Si las quieres gratis puedes ver policíacas de los ochentas en varios canales. O melodramas en los cuales la protagonista aparece con el pelo chino, fleco, pómulos y ojos maquilladísimos, vestida con una falda recta, cinturón ancho y blusa con holanes y hombreras abombadas y un auto convertible rojo. ¿Repeticiones? Series de criminología en las cuales ves como un pedacito de carne de debajo de la uña del pie izquierdo de la víctima ferozmente asesinada conduce a las huellas del malvado (a) que pensó en cada detalle para que no se descubriera su culpa y se olvidó sólo la ruedita pequeña del engranaje más complicado. Estas versiones masticadas llegan a ser muy entretenidas. Te quedas hipnotizada esperando a saber si la atractiva y sexy oficial descubrirá al asesino, o lo atrapará en una espectacular corretiza donde el público no podrá despegar ni un momento su mirada del agradable espectáculo de curvas y protuberancias moviéndose a un ritmo especialmente estudiado para que la masa anatómica resalte. Mientras el musculoso y recio analista de laboratorio (un bombón multirracial) trabajará horas extras hasta descubrir que las gotas de semen encontradas en el pabellón auricular de la víctima (claro, en todas hay detalles escabrosos) en realidad corresponden al ADN del comisionado de policía de la ciudad!!!
Esa programación no es para todos. Sólo algunos tienen acceso a la señal satelital. En el desierto hay ranchos que no cuentan con energía eléctrica pero se procuran una batería de carro y una tele pequeña en blanco y negro para sintonizar los únicos dos canales que se ven en todo el país. El famoso duopolio televisivo mexicano. Donde te dicen que el mundo es maravilloso y donde la gente llora con la protagonista de la telenovela de moda y los noticieros nacionales te mantienen BIEN INFORMADO.
Crecí leyendo novelas de Edgar Allan Poe, temblando de miedo ante El Péndulo. Horacio Quiroga y su Marabunta. Ojeando bajo las sábanas las aventuras del inspector Poirot, Sherlock y Watson. Esas historias que te acompañaban en una tarde de lluvia o en una noche insomne. No pude tomar ningún libro durante la convalecencia. Me mantuve prácticamente encadenada a la caja de entretenimiento. Nos vamos acercando al momento en que Montag comenzará a preguntarse acerca de su trabajo como bombero en Fahrenheit 451. Sólo que ya no será necesario quemar los libros. Con estas versiones procesadas, ya para qué. Hasta en la escuela a los niños les piden la tarea por internet. El dependiente del ciber café imprime las copias para todos y llegan al día siguiente con sus flamantes trabajos, de los que no han leído ni dos renglones.
Cuando finalmente pude levantarme salí a caminar. Llevaba en mi equipo de sonido a Joe Cocker con Hymn 4 my soul. El efecto de la pastilla azul había desaparecido pero de todos modos me sentí como en una película, andando por la plaza moviendo mis protuberancias, esas sí bastante normalitas, con un estilo un poco chueco por lo de la rodilla resentida aún, sintiendo en la nariz el insustituible aroma de agua después de la lluvia. Por el momento, de tele tuve bastante.

1 comentario:

Mónica Paola Quezada dijo...

Mer...amiga:

Recorrí el centro al leer tu texto...¡excelente narración! y las fotos con mucha riqueza...y de paso recordé el señor que les vendió nieves en medio del desierto.

Les mando mi cariño y un grandísimo abrazo...Que dios los bendiga