martes, 10 de marzo de 2009

¿Planeta tierra?

Camino cuadras y cuadras para llegar al centro. La feria está en su apogeo. Fuertes luces me atraen hacia un pasillo donde venden panes de nata. Destellan apetitosos y brillantes bajo el neón. Algunos en forma de corazón con leyendas como: “Para mamita, Mi güera, Mi gallo, Mi gorda latosa, Toda la raza”. Pasa un señor cargado de crucifijos de madera. Siguiendo por el pasillo, hay platería, mercancía china, puestos de fruta y verdura, los vendedores de cobijas con micrófono, elotes asados, dulces, canicas, dardos, reloj de la virgen de Guadalupe con luces como caleidoscopio, jarros. Todos los comerciantes con su tele, la gente arreglada, bicicletas, herramientas, gordos cenando tacos, diademas, ollas, niños con rifles de juguete, bolsas con sorpresa: Todo a cinco pesos, Todas tienen premio. Hasta me encuentro a Boy George y su puesto de trenzas. Cinturones, algodón de azúcar, una familia come elotes apartada en un rincón. Carros chocadores, montañas de basura, futbolitos, los muchachos en fila viendo pasar a las chicas guapas, el dragón, la cara de felicidad de los niños, una familia espera a la abuelita que viene despacito con su andador, una niña con capacidades diferentes en silla de ruedas mira pasar al gentío. Una pequeña perrita llamada Princesa, sostenida por una niña con diadema de Topo Gigio y otra niña junto a ella con una diadema de mariposas. Muchos puestos venden el cubo mágico que tan famoso se hiciera en los ochentas. Un comerciante pide le vayan a comprar más bolsas de plástico, ya se le acabaron. Hay un concierto de música ranchera, un señor mira la hora, una mujer que viste escotada blusa rosa adornada con lentejuelas pasa cargando velas. Fuegos artificiales, matachines, la gente lleva cirios de un metro adornados con flores. Un señor jorobado vende garapiñados, muchas abuelitas afuera de la iglesia, llega una señora en silla de ruedas le falta una pierna, un bebé duerme en brazos de su madre, la iglesia está abarrotada y afuera la plaza también. Hay mucho humo, todos corren, una señora gorda con cinco hijos come papitas con esa bomba estomacal llamada salsa Valentina y cada uno de los niños tiene una bolsa con el mismo contenido. En medio de la multitud un muchacho de pie juega con su celular. En los juegos mecánicos hay uno llamado La Casa Loca del cual baja una mujer; va saliendo con la cara verde, parece que está a punto de vomitar, la gente a su alrededor mira y se detiene, expectante. La escena se congela en instantes, los olores, los colores los sonidos. Una mamá con carriola de un lado y empujando un niño del otro. De repente la mirada tropieza con un puesto increíble ¿libros? No lo puedo creer, “Cortes y Peinados, la sagrada Biblia, Cocteles, El poder curativo de los hongos, Enfermería, Me divierto y Aprendo y el más fantástico título: Feng shui para mexicanos.
Las campanas alegran la noche. Otro puesto con pupilentes fresh look, perfumes y labiales. Lotería, venados de cerámica sobre cajas de huevo San Juan, cuadros, la Mona Lisa junto a Piolín; ella tiene un gato en el cuello, un conejo en la mano y dos columnas en el pelo. Un puesto de tiro al blanco en el que hay calaca sentada en una silla y otra vestida de Niurka con dos enormes naranjas colgándole enfrente y una faldita tipo hawaiano, me acerco curiosa y el señor me dice, ándele, juéguele ¡Hágala enojar!
¿Estoy en el planeta tierra? Parece que sí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola

Después de la explosion en las galaxias los cuerpos se separan grandes distancias y tardan trillones de años en volver a estar cerca, definitivamente en el camino al re encuentro existe una vibra que flota en el espacio y avisa que el encuentro siempre está escrito en libro del cosmos.
Por un tiempo en seguido tus palabras en silencio, lindas como siempre, profundas, al fin son cartas desde real.
Atte. Brujo